15 de julio de 2008

"Google no es democrático: ordena todo según los clicks."

Bárbara Cassin, filósofa francesa contemporánea. Escritora del libro Googléame. La segunda misión de los Estados Unidos donde advierte sobre los peligros de confiar ingenuamente en el recorte de la realidad que realizan los buscadores de Internet
Bárbara Cassin encuentra en Google una misión encubierta. De acuerdo a la filosofa, el buscador esta subordinado a fines comerciales legítimos. Es decir, por debajo de toda infinita cantidad de información que Google maneja y nos organiza con palabras claves existe una misión del tipo económica-comercial. De acuerdo con la filósofa, Google busca un beneficio económico que se encuentra “disfrazado de moral y de democracia”. Esto es, Google dice ser responsable de brindar toda la información, es su deber, por una cuestión moral y ética. Al mismo tiempo, democracia entendida como acceso a todos, la información es brindada por Google y nosotros tenemos acceso ilimitado a ella. Podemos elegir que información adquirir pero en función de la organización que Google le ha dado a esta previamente. De todas maneras, debajo de esta “pantalla oral y universal” se encuentra un mecanismo comercial que se sustenta con la publicidad en red. Esto es, Google cobra a las empresas que publican avisos publicitarios al costado de la información que aparece en las búsquedas de los usuarios.
Lo novedoso de Google es que no mezcla el aspecto publicitario, comercial, con la información que da en el centro de sus páginas. Es decir, los avisos se presentan en un costado, Google no mezcla. Y además, el hecho de que no se puede pagar para que tu página aparezca primero lo hace parecer democrático. Entonces, Google por esta razón pasa a ser el mejor medio virtual para publicidad, agregando el hecho de que es el buscador mas utilizado. Lo increíble de cómo se maneja la publicidad en red es que los mensajes emitidos son leídos por un publico interesado ya que al buscar por palabra clave, los avisos se relacionan con la información buscada. Es decir, Se tiene enfocado a un cliente en un tema.
Bárbara Cassin es una de los pocos que se animan a ver en el GIGANTE Google un aspecto negativo. No solo le preocupa le preocupa el imperialismo de Google sino su influencia en la información que nosotros accedemos. La filosofa afirma: “También es preocupante la reducción de la calidad a la cantidad. Google nos hace creer que algo es bueno porque es mencionado muchas veces”. Además, agrega: “Mucha información mata la información. Es real que estamos sumergidos en ella y que es necesario orientarse. Google nos permite elegir, pero en función de palabras clave. La selección está bien hecha en general, pero no es más que eso: una selección de información a través de palabras clave. Y no se puede confundir eso con la estructuración de un sentido. Eso no tiene nada que ver con la cultura. La información y la cultura no están sobre el mismo plano. Creo que lo perjudicial para la cultura es la confusión. Y es también peligroso confundir lo que uno encuentra a través de un motor de búsqueda con información confiable. Esto no es así, y por supuesto es peligroso, especialmente para los jóvenes, confundir cultura con información.”
En conclusión, Cassin afirma:"Google no es democrático: ordena todo según los clicks". Bárbara se interesó en investigar sobre lo que Google produce en la investigación, la transformación que genera. Y concluyó en que el efecto principal es que la calidad se vuelve un efecto emergente de la cantidad de clicks. Y nosotros creemos que es democrático ya que nosotros somos los que clickeamos.
Por lo tanto, Google es quien organiza la información, pero esto no quiere decir que esta organización es fiable ya que responde al interés comercial escondido de Google. Entonces, nosotros estamos confiando y dependiendo de este buscador que dice que “busca la verdad” y que utiliza la ética de lo correcto como paraguas de lo comercial.

No hay comentarios: